1.- Conocer el entorno / contexto.
2.-Ajustar tu equilibrio emocional.
3.- Respuesta (puede ser positiva o negativa).
La autorregulación emocional es uno de los aspectos fundamentales del desarrollo emocional. Su aprendizaje comienza en los primeros meses de vida y tiene gran valor e importancia para el equilibrio psicológico futuro del individuo. Los principales aspectos a considerar son: la excitabilidad, el estilo de afrontamiento de la novedad y la regulación de dicha excitabilidad.
El temperamento del niño influye en los aspectos anteriores (mayor o menor excitabilidad, estilos de inhibición e impulsividad, grado de reactividad ante las situaciones novedosas…) y en el desarrollo emocional en general y más particularmente en la autorregulación. No obstante, es el adulto como figura vincular quien modula dicho desarrollo: la disponibilidad interesada y sensible, la reciprocidad en los primeros diálogos, la capacidad en la moderación de la respuesta, la eficacia como referencia segura para el niño,…etc. Además, en el propio desarrollo neuropsicológico hay aspectos determinantes como por ejemplo, el progreso de la memoria alrededor del primer periodo crítico (entre 7 y 9 meses) que será fundamental para dotar al niño de la capacidad de evaluar. Esta capacidad le permitirá valorar las nuevas situaciones y decodificar algunos signos que, junto con la disponibilidad del adulto y su respuesta, cada vez más tenue, le permitirá al final del primer año ampliar la necesidad de exploración fruto de la seguridad adquirida y la actitud positiva ante nuevas situaciones. De esta manera primarán la curiosidad de exploración a la inhibición ampliando sus experiencias e intereses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario